La llegada de nuestra Congregación a Argentina se debe a la mediación del Padre Merlín, misionero claretiano en este país, que fue quien facilitó los contactos para que las hermanas se establecieran allí. Las primeras hermanas llegaron a Argentina el 17 de noviembre de 1980, puntualmente a la ciudad de Campana, en la provincia de Buenos Aires. Desde Perú llegaron Hnas. Juana Mª Berenguer, Mª Antonia Moreno y dos novicias peruanas, y desde España la Madre General, Hna. Mª Patricia Oriol, Hnas. Mª Encarnación Hidalgo, Mª del Carmen Pérez y Mª Esperanza Zapatero.
A pocos días de llegar, viajaron a la ciudad de Rosario para conocer un posible lugar donde desempeñarían la misión de acompañar a jóvenes universitarias en una residencia estudiantil. Las acompañaron el Padre Héctor García, fundador del Movimiento Evangelio de Caná de esa ciudad, con algunos jóvenes del movimiento. Era el día de la fiesta de Cristo Rey, el 23 de noviembre de 1980. La Madre General y las hnas. Juana Mª y Mª Antonia fueron recibidas con una multitudinaria Misa de bienvenida en la Parroquia María Auxiliadora. Ese día también conocieron el lugar donde se hospedarían: un anexo del Instituto Madre Cabrini en el centro de la ciudad de Rosario. Después de haber tenido un acercamiento con las personas y de conocer la ciudad, regresaron a Campana para terminar de discernir junto a las demás hermanas dónde establecer el Nazaret que soñaban para Argentina.
Primeros pasos de la mano de María
El 8 de diciembre de 1980 fue el día en que las hermanas, después de estudiar las posibilidades pastorales, acordaron que el Nazaret de Campana sería casa de formación y que, en Rosario, hnas. Mª Antonia, Mª del Carmen y Mª Esperanza formarían comunidad acompañando el pensionado de jóvenes universitarias. Tal decisión, convenida en el día de la Inmaculada, ameritó la visita de las dos comunidades a la Basílica Nuestra Señora de Luján, patrona del país, para encomendar a la Virgen la misión en Argentina.
Días después, cada comunidad tomó su rumbo y el 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Madre de Guadalupe, siendo arzobispo en ese entonces Mons. Guillermo Bolatti, se firmó el convenio de fundación de la comunidad de Misioneras Eucarísticas de Nazaret, quedando erigida esta comunidad al servicio de la Arquidiócesis de Rosario.
Los primeros días en la ciudad de Rosario las hermanas experimentaron una acogida muy cordial. Poco a poco fueron equipando la casa de Nazaret para la comunidad gracias a la generosidad de muchas personas. También las invitaban a recorrer los lugares más significativos de la ciudad. En todo esto se sintieron muy acompañadas por los integrantes del MEC y su fundador.
Primer Sagrario de Nazaret en Argentina
El 24 de diciembre fue un día de gozo especial para las hermanas. Ellas tenían reservada una habitación muy sencilla para la oración comunitaria. Allí habían preparado el nacimiento y durante el Adviento habían expresado su deseo de recibir a Jesús en comunidad. En la víspera de la Navidad el Padre García trajo a Nazaret el Santísimo Sacramento. «A partir de ese momento todo cambió, el Amo ya está en casa y se siente y se palpa en el ambiente la alegría de su presencia» (Crónicas de la comunidad).
Buscando las huellas de Dios
El paso de la comunidad Nazarena vinculada al pensionado de jóvenes del MEC será breve pero muy fecundo en aprendizajes para estas Nazarenas buscadoras de Dios. Las hermanas disfrutaron su servicio con las jóvenes del pensionado, pero sentían que, por un lado, las condiciones edilicias ponían ciertos límites al espíritu comunitario de la intimidad del Nazaret que se estaba gestando y, por otro lado, a la misión, ya que la dedicación era casi completa a cubrir el servicio de la administración y restaba poco tiempo para los apostolados parroquiales, propios de nuestro carisma, que las hermanas anhelaban tanto. Los dirigentes del MEC, gentilmente, comprendieron que estas misioneras tenían alas muy amplias y grandes ansias de eucaristizar.
Providencialmente, un día de febrero de 1981 las hermanas fueron a hablar con el Arzobispo por los trámites de residencia en Argentina y conocieron al Padre Brédice, un gran entusiasta de san Manuel González, que las invitó a conocer su parroquia ubicada en un barrio periférico de la ciudad, una zona en crecimiento y construcción donde se necesitaban misioneras para la atención pastoral de las comunidades. En abril de ese mismo año, el día 29, las hermanas visitaron por primera vez la parroquia Nuestra Señora de Fátima. La impresión que se llevaron fue de haber encontrado el descanso del corazón. Recorrieron el barrio, compartieron con los niños y la gente de la parroquia, a quienes el Padre Brédice ya les estaba dando a conocer a san Manuel y su obra, antes de haber conocido a las hermanas. Así, desde el día 1 de septiembre de 1981, el Nazaret de Rosario quedó establecido en la casa contigua a la Capilla San Francisco Javier, Abanderado Grandoli 3460. Allí fueron recibidas las hermanas con una casa equipada llena de los detalles de cariño y dedicación de la gente sencilla del barrio.
La Misa de bienvenida se celebró en la parroquia Nuestra Señora de Fátima. En la crónica, las hermanas relatan la presentación que el Padre Brédice hizo de ellas, que será como la impronta de toda la trayectoria de este Nazaret en Rosario: «Las Misioneras Eucarísticas vienen a colaborar con los laicos, no a suplirlos, a generar comunidad Eucarística y Mariana en nuestro barrio».
Con el correr del tiempo, las actividades de la comunidad de Misioneras Eucarísticas se desplegaron en la parroquia y en zonas aledañas. Florecieron grandes amistades en la comunidad parroquial, entre ellos destacamos al Padre Brédice, que trajo a las hermanas al barrio, y al Padre Parodi, párroco sucesor, un incansable enamorado del estilo de san Manuel. Las hermanas comenzaron a acompañar a los catequistas y a los chicos en algunas actividades del colegio. También en los grupos eucarísticos se iba cultivando el espíritu de la UNER, y es así como varios matrimonios, jóvenes y laicos comprometidos de las parroquias se sintieron llamados a vivir nuestro carisma.
Entre el año 1990 y 1997, la casa se transformó en Juniorado para Argentina. Hna. Mª Ester Fernández, junto a la comunidad y a las hermanas junioras, tuvieron una gran inserción apostólica en la pastoral juvenil y con los niños: grupos JER, Pre JER, RIE, catequesis, formación de adultos, campamentos, encuentros UNER, etc. Nazaret generó un espacio de contención y acogida de muchos jóvenes y niños que encontraban aquí su casa y escuela de vida.
Actualizando las posibilidades de nuestro carisma
Históricamente, con el crecimiento de la vulnerabilidad social, en la misión de las hermanas fue acentuándose también el acompañamiento y la asistencia a personas y familias del barrio, como parte de la dinámica cotidiana de la comunidad y del apostolado de la amistad.
Junto a esto, la labor pastoral de las hermanas en la arquidiócesis es diversa: además del apostolado parroquial en distintas comunidades, colaboramos en el servicio de la curia y en el equipo arquidiocesano de liturgia, acompañando también la coordinación de la pastoral juvenil.
Damos gracias a Dios por el recorrido de este Nazaret en esta querida ciudad de Rosario. Todas las hermanas que compartimos la vida con la gente de este lugar nos hemos enriquecido a nivel personal y comunitario. ¡Que el Señor nos siga moldeando y que no abandone la obra de sus manos!
¿Sabías que…?
- Para que los niños puedan tener un espacio sano donde crecer, jugar y estudiar, divertirse y asegurarles la merienda, desde el año 2010 la casa de Nazaret se abre por las tardes y las hermanas reciben a muchos niños vulnerables del barrio para darles una alternativa distinta a permanecer en la calle. Así empezó lo que hoy es el «Centro de niñez Nazaret».
- Otros servicios apostólicos en la actualidad son: la pastoral de prevención y tratamiento de adicciones, la pastoral de la diversidad sexual (estas últimas vinculadas a la Comunidad Padre Misericordioso) y el acompañamiento a madres en situación de vulnerabilidad social, vinculado al Hogar Madre de la Ternura.
- Rosario es la ciudad más poblada de la provincia de Santa Fe y la tercera más poblada del país. Conocida como «la Cuna de la Bandera Argentina», su edificación más famosa es el Monumento a la Bandera. Rosario pasó a ser Arquidiócesis en el papado de Pablo VI, el 12 de agosto de 1963. El 7 de octubre de 1966, día de la Festividad de Nuestra Señora del Rosario, Patrona de la ciudad, el Papa nombró a Rosario «Ciudad de María», y elevó a Basílica su Catedral.