La fundación de la casa Santa María de Nazaret de Palencia (Carretera de Burgos), fue realizada el 25 de mayo de 1963 por las hermanas profesas: Mª Patricia Oriol, Mª Socorro López-Negrete y Mª Alicia Riestra, junto a las novicias y postulantes. Las novicias eran: Mª Agnelia Leal, Mª Mercedes Romera, Mª Alegría Santos, Mª Elena Mediavilla, Mª Rosario Hermoso, Mª Dolores Fernández, Mª Rosalía Romero, Mª Teresa Fernández, Mª de los Ángeles Marrero, Mª Carmen Pérez, Mª Áurea Arévalo, Mª Catalina Montero, Mª Virginia Berenguer, Mª Alejandra y Mª Anunciata.
Nuevas vocaciones
El motivo de la fundación fue la necesidad de una casa más grande especialmente para las nuevas vocaciones que iban llegando. Una vez decidida la fundación se comenzaron las obras. Los donantes más importantes de esta obra fueron Mercedes Dohes y la condesa de Barbate. Además de las aportaciones en dinero, Mercedes regaló el terreno. Entre otras ayudas también las Madres Carmelitas prestaron 50.000 pesetas, que después se pagaron con el trabajo de las Hnas.
La primera piedra fue puesta el 5 de agosto de 1961, día de la Virgen de las Nieves. Las novicias, a partir del inicio de la construcción, la visitaban cada domingo para ver el progreso de la obra. A pesar de la precariedad de la economía sólo tardaron año y medio en terminarla. A partir del 5 de marzo de 1963 se comenzó a limpiar la casa recién construida. Se iba a la acequia por el agua para limpiar los suelos con retales o trozos de saco y tierra de la calle. El famoso Antonio, obrero de Nazaret, traía todos los días cargada la furgoneta con novicias, sillas y mesas. Un día les paró la policía y le preguntó: «¿Qué lleva usted?», a lo que él respondió: «¡Muebles y monjas!». Las Hnas. dicen que todos los días que venían a realizar este trabajo, Hna. Mª Natividad les preparaba un bocadillo de sobrasada y según contaban «les sabía a gloria».
Ultimando detalles
La víspera de la inauguración de la nueva casa, las hermanas apenas cenaron. La Hermana Maestra fue con las novicias a seguir trabajando en el noviciado para ultimar los detalles para el día siguiente, ya que aún faltaba mucho para estar todo arreglado. Aquella noche solo durmieron las postulantes en lo que quedaba de la parte del noviciado en la casa de Santo Domingo. Los días anteriores se habían ido llevando de todo, incluso los colchones, así que los últimos días casi no tenían ni donde sentarse para comer ni colchones para dormir. Las que fueron a limpiar y ordenar puede decirse que se pasaron la noche en blanco, pues apenas se acostaron dos o tres horas y algunas ni eso. Era mucho lo que exigía poder habitarla; y por más que llevaban tanto tiempo yendo diariamente a limpiar, aún quedaban algunas cosas por hacer. Había mesas que las hermanas habían pintado (algunas hasta tres veces, para que el color les quedara mejor) y era necesario reparar lo que hubiese quedado mal, cuadros que colgar, etc.
Bendición y primera misa en el nuevo Noviciado
Finalmente, el día 25 de mayo de 1963, como estaba previsto, se llevó a cabo la inauguración. La Santa Misa fue presidida por el Excmo. Sr. Cardenal Arcadio María Larraona, Cardenal Protector de la Congregación. De la otra Comunidad participaron Ntra. Madre fundadora y las Hnas. Consejeras, Superiora, Vice-superiora, Prefecta de Neo-profesas, las cantoras y dos o tres hermanas que tenían que ayudar en la preparación del desayuno y otros detalles necesarios, más las hermanas que habían llegado de otras casas. La furgoneta dio varios viajes no solo llevando a las hermanas sino además otras cosas que hacían falta.
Cuando llegó el Sr. Cardenal acompañado de nuestro Sr. Obispo estaba la comunidad esperándolo en dos filas delante de la entrada y, después de aplaudirle suavemente y saludarle especialmente, nuestra Madre pasó a la capilla y siguieron los demás; sacerdotes y religiosos, la Condesa y Mercedes y varias personas más, entre ellas, las Marías del Sagrario que venían a diario por la casa de Palencia y otras más que no se resignaron a no asistir a la Celebración Eucarística. Llegó también, casi al final, el Sr. Arzobispo de Anking. Entró en la capilla el Sr. Cardenal y, después de revestirse, bendijo la capilla siguiendo a continuación la Santa Misa. Las emociones de esa primera misa de sentir a Jesús por primera vez en nuestro noviciado no se pueden explicar, las novicias cantaron con toda el alma lo mejor que pudieron y le pidieron con todo el corazón a Jesús que se quedase en el suyo. Al finalizar la Eucaristía el Sr. Cardenal bendijo la casa y dirigió unas palabras a las novicias. Tras la ceremonia pasaron los invitados al comedor y se les sirvió un vino español. La Hermana Maestra con una novicia le entregó al Sr. Cardenal un Copón, como recuerdo de aquel día tan especial para Nazaret.
Primeras profesiones
El 13 de junio, nuestra Madre Mª Antonia visitó la nueva comunidad. Era el día de su santo, y por supuesto el noviciado fue arreglado preciosamente. Se tuvieron detalles muy bonitos con ella tanto de las novicias como de las profesas, y nuestra Madre trajo una riquísima merienda, que fue disfrutada muchísimo por todas. En ese mes de junio, mes del Amo, comenzaron algunos de los actos propios de una «Casa de Formación», el día 23 profesaron las Hnas. Mª Agnelia y Mª del Buen Consejo, y pasaron al noviciado las Hnas. Mª del Pilar Simón y Mª Clara. Las hermanas que profesaron se fueron a la casa de Palencia en la calle Santo Domingo. Allí se inició el apostolado con algunos niños, y el número poco a poco fue aumentando. Todas estaban muy ilusionadas con ello.
El Colegio Apostólico
En el mes de agosto estuvieron en casa nada menos que treinta niñas preparándose para ir en septiembre a la escuela apostólica de Soria. El paso de las niñas esos días en esta casa les hizo pensar a las superioras: «¿Por qué no un internado de niñas en Palencia?»
Se vieron los pros y contras y… ¡manos a la obra! Los primeros pasos fueron complicados porque empezaron a responder muchas niñas y no había suficiente lugar, se habilitaron todas las dependencias posibles. A pesar de la sencillez y pobreza las niñas eran felices y había un precioso ambiente de familia. Por los cambios que se fueron presentando en la sociedad y en la Congregación el Colegio se tuvo que cerrar, y el postulantado, noviciado y juniorado se trasladaron a otras comunidades. Los edificios se remodelaron, y así la Comunidad se convirtió en residencia de Hnas. Mayores y enfermas, y el Colegio en Casa de Espiritualidad.
¿Sabías que…?
- El Colegio Apostólico llegó a albergar casi doscientas niñas internas de todas las edades, de todos los cursos de primaria y secundaria, los cursos superiores, las niñas hacían exámenes oficiales en el Instituto de Palencia. Más adelante se recibieron grupos de jóvenes de las zonas rurales y se les impartía cursos de Corte y Confección, también se acogieron grupos de Secretariado. En la casa había huerta, vaquería, gallinero, criadero de cerditos, un jardín muy bonito, y los obreros para cada oficio. foto 26
- Con motivo de la muerte del papa Juan XXIII (3 junio de 1963), a las hermanas les prestaron una radio pequeña, y gracias a esto pudieron oír la proclamación del papa Pablo VI (21 junio de ese mismo año). El día que tomó posesión, nuestra Madre dio permiso para que las hermanas pudieran ir a verlo por televisión en lugares que quedaban cerca de la casa. Se pueden figurar lo que disfrutaron.
- Actualmente, en este Nazaret funciona la Casa de Espiritualidad «Santa María de Nazaret», que ofrece tandas de Ejercicios Espirituales, además de brindar cómodos espacios para poder realizar allí encuentros, jornadas, retiros y otras actividades que se soliciten (Ctra. de Burgos, km. 2).
Soy Toñi Martín en el 67 estuve en Soria año y medio en febrero nos trajeron a Palencia todas lloramos y eso q veníamos a estar más cerca de la familia ,íbamos andando hasta el instituto , q bien lo pasábamos. Mis mejores años los vividos en las nazarenas gracias