En el camino de nuestro Año jubilar, seguimos celebrando el don de la vida consagrada y la fidelidad de Dios que sostiene y acompaña nuestra vocación. Hoy, 8 de septiembre, Fiesta de la Natividad de María, nos unimos a la alegría de nuestra hermana María Liliana García Coronel que celebra en Rosario, Argentina, sus bodas de plata de Profesión perpetua.
Mañana, miércoles 9, viajaremos con el corazón a Lima, Perú, para compartir el gozo de nuestra hermana Martha María Jiménez Zúñiga, que también celebra su 25 aniversario de votos perpetuos. La Eucaristía de acción de gracias será transmitida a través de la red social Facebook (Parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón).
Y, continuando nuestro viaje con gozo y gratitud, llegamos también a Quito, Ecuador, para acompañar con la oración a nuestra Hna. María Claudia Hernández García, que celebra 25 años de Profesión temporal. Haciendo memoria agradecida de todos estos años en Nazaret, María Claudia, de nacionalidad mexicana, nos comparte algunas pinceladas de su itinerario vocacional.
En primera persona
¿Religiosa? ¿Y por qué no?
«Somos cuatro hermanos y siempre me he caracterizado por ser la más rebelde. Una tarde mi mamá me invitó a la Hora santa de la parroquia. Lo que más me cautivó fue que la hermana le hablaba a Jesús como si fuera una persona viva y real, y dejaba momentos de silencio para que nosotros también lo hiciéramos. En casa siempre reinó un ambiente de religiosidad popular, pero nadie me había enseñado a tratar a Jesús de tú a tú. Desde ese momento, la presencia de Jesús me perseguía; yo traté de acallar esa voz de todos los medios posibles, y me repetía una y otra vez: “religiosa ni loca”. En mi mente hacía muchísimos planes para mi vida. Durante un tiempo sostuve una lucha acérrima con Jesús, más de una vez fui al sagrario casi a escondidas para pedirle que por favor me dejara en paz, que no estaba dispuesta a renunciar a todos mis sueños y planes. En una de esas visitas clandestinas, resonaron en mi interior estas palabras: “¿Y por qué no?”. Me quedé confundida y un poco turbada, pero desde ese momento experimenté la fuerza y la paz para comenzar un discernimiento vocacional… Y sigo feliz en Nazaret después de 28 años de haber ingresado. Deseo en este Año jubilar que Nazaret persevere siendo ese pequeño rebaño fiel que solo viva para dar y buscar compañía a Jesús Eucaristía» (Hna. Mª Claudia Hernández García, m.e.n.).